martes, 26 de octubre de 2010

Cuidado con los Chanterapeutas!


¡ADIANTEE! Decía el negro Olmedo cuando personificaba a al mano santa y nos hacía pasar buenos momentos gracias a su ingenio y simpatía.


Lastimosamente la realidad sigue superando a la ficción y nos pone de frente a personajes que se ganan la vida haciendo un papel muy parecido, pero con efectos bastante menos graciosos.

En la práctica todos somos iguales ante los pacientes. Y ese es un grave problema… principalmente para el paciente. ¿De que manera puede una persona determinar si el servicio terapéutico que está contratando responde a los standards que la disciplina y la ciencia avalan?

Desde el momento que alguien coloca un cartelito frente a una puerta en el que se lee “terapeuta, médico o doctor”, el público tiende a considerar que alguna instancia habilita dicho acto de promoción asegurando que la oferta corresponde a las capacidades del oferente. Lastimosamente tal instancia, al menos en nuestro país, no existe, y cualquiera puede colgar un cartel diciéndose terapeuta, médico o doctor.

En mayor o menor grado, ciertas agrupaciones profesionales se encargan de controlar situaciones como la mencionada pero solamente en forma reactiva. Me explico, solamente se hace algo después de verificarse algún exceso o práctica inadecuada. Para decirlo de manera todavía más clara. Nada puede evitar que una persona se instale, ofrezca sus servicios y hasta ejerza alguna disciplina vinculada a la salud, hasta el momento en que un paciente acusa haber sido dañado por la mala praxis. Ni voy a mencionar a los profesionales que, al año de terminar la carrera (algunas de las cuales no están diseñadas para la formación clínica), sin haber pasado por un entrenamiento adecuado, abren su consultorio y se ensayan sobre los pacientes. Solamente esta situación ya debería llamarnos la atención por la gravedad y el potencial impacto en la sociedad. Pero el problema va más allá. En nuestro medio, tanta es la necesidad de atención que ante nuestros ojos se despliega un impresionante abanico de ofertas terapéuticas, desde médicos ñaná (yuyeros), médicos naturistas, pasando por los acupunturistas, hasta cualquier tipo de curandero o mano chanta.

La paradoja es que en nuestro medio, al menos desde hace algunos años, existen profesionales que sustentan su práctica en desarrollos científicos verificables y aproximaciones propuestas por centros de formación o asociaciones de reconocimiento mundial como el instituto Ellis de NY, ALAMOC o la APA de EEUU, por citar algunos.

Es lamentable que disponiendo de estos profesionales, algunos de ellos doctores o cursando doctorados en prestigiosas universidades extranjeras, en condiciones de ofrecer servicios comparables a los hace poco tiempo solo estaban disponibles en los grandes centros mundiales, mucha gente todavía arriesgue su salud y la de sus seres queridos colocándose en manos de gente que, como mínimo merece el calificativo de irresponsable.

Aquí van algunas sugerencias que, si bien están basadas en formalidades reglamentarias, y adolecen de las mismas falencias que el sistema de salud general del país, pueden servir para disminuir el riesgo de ser engañados.

¿Qué debemos saber y hacer antes de consultar a un psicólogo?

  1. Verificar si el profesional está respaldado por un título habilitante de una universidad reconocida.
  2. Verificar la habilitación o registro profesional del MSPBS que habilita al profesional a ejercer en el territorio nacional.
  3. Un profesional debe focalizar su práctica en un área de la Psicología. Si el profesional dice poder tratar cualquier tipo de afección, o trastorno, entonces podríamos dudar de su idoneidad puesto que en ninguna científica existen los Todologos.
  4. Verificar si ha cursado la especialización que lo habilite para el ejercicio específico de una especialidad clínica. La formación básica otorgada por el grado de la universidad lastimosamente NO SUELE SER SUFICIENTE.
  5. Verificar la actualidad de los cursos que sustenten la práctica del profesional. Un profesional no puede estar más de 5 años (siendo muy generoso), sin actualizarse en su campo específico.
  6. Tener en cuenta que existen especializaciones académicas y profesionalizantes y que solamente aquellas que son profesionalizantes califican para habilitar prácticas específicas. Eso quiere decir que un título de PhD., Doctor, Magíster O MSc., NO NECESARIAMENTE determina que el profesional esté en condiciones de utilizar un instrumental clínico. Aunque existen cursos de doctorado y/o maestrías orientados a la práctica, la mayoría no lo son, puesto que por definición buscan formar investigadores. Lastimosamente, ante la ausencia de instancias regulatorias para la práctica clínica, uno debe hacerse cargo de verificar la pertinencia de la formación que el profesional ostenta.
  7. Verificar si el profesional está fichado por alguna asociación científica o profesional.

El Profesional de la Psicología puede dejar de tener alguna de estas características pero no puede carecer de todas. Esta serie de sugerencias no pretende agotar las estrategias de control que deberían ser puestas en práctica antes de exponerse a un profesional, ni mucho menos. Y desde luego que aún si tenemos en cuenta cada una de ellas, todavía existe el riesgo de ser engañados. Pero, por algo hemos de empezar.

miércoles, 20 de octubre de 2010

La Hipnosis


Muchos pacientes y alumnos me preguntan sobre la validez del uso de la hipnosis en la práctica profesional.


Aunque la técnica es abiertamente aceptada y su eficacia refrendada por una amplia literatura[1], todavía existe mucha confusión sobre la misma. Esta confusión se debe principalmente al uso indebido e irresponsable de la técnica por un lado y por otro a la asociación que la mayoría de la gente hace de ella con la charlatanería o el espectáculo.

Uno de los puntos que debe quedar claro desde el principio es que la Hipnosis no es un tratamiento y si una herramienta, una técnica que puede ser usada como apoyo en el contexto de un programa terapéutico. Nadie debe usar la hipnosis si no esta en condiciones de tratar la misma afección o trastorno con otras técnicas o aproximaciones. De hecho, que un profesional diga que curó a alguien con hipnosis es casi tan ingenuo como que un médico diga que curo a un paciente con el estetoscopio. Es por eso que cuando algunas personas se acercan a pedir sesiones de hipnosis “para saber como se siente” o porque sienten curiosidad sobre el tema, (lo que sucede con una desagradable frecuencia), me veo obligado a explicar que solo uso la hipnosis incluyéndola en la aplicación de ciertos protocolos que la prescriben, que la técnica hace parte de un instrumental terapéutico y que no es una atracción de circo.

A los efectos de aclarar algunos puntos sobre esta técnica me permito transcribir una traducción del boletín informativo de la American Psychological Association[2] sobre la Hipnosis.

La hipnosis implica aprender a usar las capacidades de concentración de su mente y sus pensamientos con el fin de manejar el sufrimiento emocional (por ejemplo, la ansiedad, el estrés), algunos síntomas físicos desagradables (por ejemplo, dolor, náuseas), o para ayudarle a cambiar ciertos hábitos o conductas (por ejemplo, fumar, comer en exceso). Aunque las sesiones de hipnosis pueden variar en función de las necesidades de un cliente particular, las sesiones suelen tener dos fases básicas:

La primera fase se llama inducción. Durante esta fase, el terapeuta puede ayudarle a relajarse, puede pedir que se imaginen un escenario de paz y le ayudará a focalizarse y concentrarse en lo que usted necesita conseguir durante la sesión de hipnosis.

La segunda fase se denomina fase de aplicación. Durante esta fase, el terapeuta hará sugestiones. Por ejemplo, si usted está experimentando ansiedad, su terapeuta le puede sugerir que durante y / o después de la hipnosis, usted estará más tranquilo o menos preocupado por los sentimientos de ansiedad. Si usted está experimentando dolor, su terapeuta le puede sugerir que posteriormente a la sesión, el dolor ya no será percibido o habrá disminuido. Las sugestiones son los ingredientes clave de la hipnosis, ya que están dirigidas a tratar los síntomas específicos o dificultades.

Mucha gente tiene dudas o preocupaciones acerca de la hipnosis sobre la base de conceptos erróneos que tienen. Estos conceptos erróneos pueden basarse en cosas que podrían haber visto en la televisión, en las películas, o en espectáculos. A continuación se mencionan algunos conceptos erróneos comunes, y los hechos reales acerca de la hipnosis:

Preconcepto 1: La persona hipnotizada se encuentran bajo el control del hipnotizador, y se puede hacer que haga o diga cualquier cosa que el hipnotizador quiera.

Hecho 1: Esto no es cierto. No importa cuán profundamente hipnotizado esté, usted permanecerá en control durante toda la sesión. No se puede hacer que alguien haga lo que no quiere hacer, o cualquier cosa que la persona no se sienta cómoda haciendo.

Preconcepto 2: La hipnosis es algo que el hipnotizador hace a las personas, en lugar de algo que puede hacer por sí mismos.

Hecho 2: Esto no es cierto. La hipnosis es una habilidad que puedes aprender. Se trata de una herramienta que puede utilizar para ayudar a sentirse mejor.

Preconcepto 3: Las personas quedan atrapadas en la hipnosis y no pueden "salir" de ella cuando quieran.

Hecho 3: Esto no es cierto. El paciente tiene toda la autonomía como para terminar la hipnosis cuando quiera.

Preconcepto 4: Una persona tiene que ser muy "hipnotizables" o "sugestionable" o "ingenua" para que la hipnosis pueda funcionar.

Hecho 4: Esto no es cierto. La investigación indica que la gran mayoría de personas pueden beneficiarse de la hipnosis. Por otra parte, ser hipnotizables o responder a las sugestiones de manera favorable solamente indica una decisión de utilizar la hipnosis y no esta en absoluto relacionado con ser ingenuos o débiles de voluntad.

Preconcepto 5: Durante la hipnosis, las personas están inconscientes.

Hecho 5: Esto no es cierto. Durante la hipnosis, el paciente no está dormido o inconsciente. Aunque algunos pueden sentirse muy relajados, siguen siendo participantes activos en la sesión de hipnosis.

¿Es la hipnosis un tipo de terapia?
La hipnosis NO es un tipo de psicoterapia. En cambio, es una técnica que puede ser utilizada para apoyar un enfoque terapéutico, y que se le puede enseñar a usted, en el contexto de otras terapias.


¿Quién debe realizar la hipnosis?
La hipnosis clínica se llevará a cabo únicamente por profesionales de la salud debidamente capacitados y acreditados (por ejemplo, los licenciados en Psicología) que han sido especialmente entrenados en el uso de la hipnosis, y que están trabajando dentro de los límites de su competencia profesional.

¿Qué tipo de resultados puedo esperar de la hipnosis?
La hipnosis se ha demostrado eficaz para proporcionar una amplia gama de beneficios, desde la simple mejora de los síntomas o dificultades, a su eliminación completa.


¿Cómo se siente uno durante la hipnosis?
La mayoría de la gente describe la hipnosis como una experiencia agradable, durante el cual se sienten centrados y absortos en la experiencia hipnótica. Dependiendo de cómo usted y su terapeuta acuerden la estructura de las sesiones de hipnosis, ésta puede ayudarle a sentirse más alerta, más relajado, más cómodo, o más tranquilo.

Para mas informaciones sobre hipnosis usted puede ingresar a la página de la , Society of Psychological Hypnosis , división 30 de la APA: http://www.apa.org/divisions/div30/


[1] Como ejemplo pongo a disposición solo algunos artículos publicados por instituciones de prestigio y relevancia reconocidas:

· Responsiveness to suggestions following waking and imagination instructions and following induction of hypnosis,

· Alert

· Ernest R. Hilgard and Charles T. Tart, Stanford University. Journal of Abnormal Psychology, Volume 71, Issue 3, June 1966, Pages 196-208

A meta-analysis of hypnotically induced analgesia: How effective is hypnosis? Authors: Guy H Montgomery; Katherine N. Duhamel; William H. Redd , Mount Sinai School of Medicine. International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis, Volume 48, Issue 2 April 2000 , pages 138 – 153

Hypnotic behavior: A social-psychological interpretation of amnesia, analgesia, and “trance logic” Nicholas P. Spanos, Behavioral and Brain Sciences (1986), 9: 449-467 Cambridge University Press.

[2] El Brochure puede ser descargado en la siguiente dirección: http://www.apa.org/divisions/div30/forms/hypnosis_brochure.pdf

Tu pareja puede hacerte mejor persona


Hay una escena de la película Mejor Imposible en la que Melvin Udall (el personaje de Jack Nicholson) le dice a Caroll Conelly, (personaje de Helen Hunt), algo así como “tu me haces ser una mejor persona”. Esa es, al menos en mi opinión una de las frases más lindas que una persona puede decir a su pareja. Todos tenemos una imagen de lo que queremos ser y generalmente nos imaginamos a nosotros mismos como poseedores de aquellas cualidades y características que definen a nuestro ideal de persona. Vamos por la vida tratando de conducirnos de tal forma que se nos perciba como la encarnación misma de aquellos valores que nos agradan. Pero ese camino de construcción de nuestra personalidad es fuertemente afectado por la gente que conocemos en el viaje y principalmente por nuestras parejas.

Los investigadores Drigotas, Rusbult, Wieselquist, y Whitton[1] en una publicación aparecida en el Journal of Personality and Social Psychology, dicen que este proceso se da de la siguiente manera: Primero la percepción de un individuo tiende a ajustarse a la imagen ideal de su pareja. A ver si se entiende, por ejemplo, a Mary le gustaría ser una persona más amable y por esas cosas del destino aparece Juan que la ve como una persona amable. Luego, Mary intenta reforzar esta impresión causada en Juan comportándose cada vez mas amablemente (al menos cuando el se halla por cerca). Gradualmente Mary utiliza con mayor frecuencia las estrategias que la hicieron atraer a Juan, generalizándolas a otras circunstancias y ya no solamente a la presencia de su amado. Finalmente ella se va haciendo cada vez más parecida a su propio ideal, que fue personificando por atraer a Juan. ¿Que les parece eso?

En otro estudio se ha verificado que este fenómeno se da preferentemente en personas con auto estima elevada y no en aquellos sujetos con baja autoestima. Los resultados revelan que los individuos con alta autoestima tienden a adoptar con un mayor grado de exactitud las características positivas con las que sus parejas los ven. Cuando estos individuos tienen algún tipo de inseguridad, ellos las resuelven aceptando la referencia y la retroalimentación positiva de sus parejas. Los sujetos con baja autoestima, por otro lado, tienden a creer que sus parejas los ven en forma negativa.

Estos descubrimientos parecen corroborar el Viejo adagio de que no se puede amar a nadie si uno no se ama a si mismo. Sin embargo, el foco de la investigación atiende a otro postulado no menos interesante: En la medida en que uno se sienta bien consigo mismo al menos en líneas generales, el amor y la calidez de una buena pareja puede ayudar a que uno vaya haciéndose cada vez mas parecido a lo que uno verdaderamente quiere ser. ¡Mira vos!



[1]Citados en un artículo de la Dra. Leslie Becker-Phelps denominado Choose your partner well-- and become a better you. Publicado en Psychology today Noviembre 23 de 2009



viernes, 15 de octubre de 2010

¿Por que recomendamos a la gente que quiere perder peso que cuide su tiempo de sueño?


¿Por que recomendamos a la gente que quiere perder peso que cuide su tiempo de sueño?

Una paciente me decía que yo le sugería dormir un poco mas porque así dejaba de estar ansiosa y por lo tanto dejaba de comer.


Bueno… la verdad es que también hay otras razones: En un estudio realizado en la Universidad de Chicago[1] con la participación de mas de 250 sujetos se determinó que la disminución en el tiempo de sueño correlaciona con menos pérdida de grasa y mayor perdida de masa muscular. En el mencionado estudio se definieron dos grupos en el que a
mbos comieron aproximadamente 1,450 calorías en por día. Después de dos semanas, las personas que dormían más perdieron más grasa que el grupo que dormían menos. La gente, literalmente, quemo grasas mientras dormía y la gente que dormía menos perdió más músculo. Y eso no es todo lo que sucedió: cuando los investigadores compararon las hormonas que regulan el apetito en los dos grupos encontraron que aquellos que dormían menos habían producido más de la hormona Grelina estimula el apetito. El resultado: ¡se despertaban con más apetito!

La mayoría de nosotros creemos que nuestro cuerpo quema más calorías cuando estamos despiertos más tiempo, pero eso no es cierto. La tasa metabólica es disminuida al tener menos horas de sueño. Traducción: Cuando se duerme menos, su cuerpo comienza a quemar calorías a un ritmo más lento para conservar energía. Los investigadores han descubierto que la gente quema en promedio 400 calorías más por dormir 3 horas más - que es un adicional de 2800 calorías quemadas en sólo una semana. Con menos horas de sueño, el cuerpo trata de satisfacer las crecientes necesidades metabólicas de más horas de vigilia al cambiar a una marcha inferior, por así decirlo, por lo que se quema menos calorías y menos grasa.
Conclusión: Si usted quiere quemar la grasa, conservar la masa muscular y despertarse con menos hambre, debe dormir más ... 8.5 horas por noche para ser exactos.


[1] Para ver la Investigación mencionada consultar: http://www.annals.org/content/153/7/435.abstract?aimhp

La Procrastinación


La procrastinación

Hace un tiempo ya que quería escribir esto pero siempre había alguna otra cosa que me distraía: revisar el Facebook, chatear, tomar tereré, Etc.


La procrastinación es un término poco usado en castellano pero la verdad es que sí existe. Existe y se refiere a la acción o al habito de posponer o postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras más irrelevantes o más agradables. Según la infaltable Wikipedia “Se trata de un trastorno del comportamiento que tiene su raíz en la asociación de la acción a realizar con el cambio, el dolor o la incomodidad (estrés). Éste puede ser psicológico (en la forma de ansiedad o frustración), físico (como el que se experimenta durante actos que requieren trabajo fuerte o ejercicio vigoroso) o intelectual. El término se aplica comúnmente al sentido de ansiedad generado ante una tarea pendiente de concluir.”[1]

El siguiente párrafo es una traducción libre de un articulo encontrado en la red y que se referencia al pie de página[2]. Todos procrastinamos alguna vez pero 20 % de la población puede ser considerada como verdaderos procrastinadores. Estos evitan consistentemente las tareas difíciles y buscan deliberadamente encontrar distractores, que desafortunadamente se hallan distribuidos por todas partes. La procrastinación refleja nuestra dificultad en regular las emociones y predecir adecuadamente como vamos a sentirnos mañana.

Para conocer algo mas sobre la procrastinación, conviene considerar algunos de los puntos señalados por los profesores Joseph Ferrari, Ph.D., de la Universidad De Paul en Chicago, y Timothy Pychyl, Ph.D., de la Carleton University en Ottawa, Canada. Según estos investigadores[3], para aquellas personas que sufren de procrastinación crónica la postergación se convierte en una forma de vida y se traduce en perdida de oportunidades muy frecuentes.

  • La procrastinación no es un problema de administración de tiempo y si un trastorno conductual.
  • Decir a un procrastinador que se organice es lo mismo que decirle a un sujeto con depresión que se anime.
  • Este problema esta considerado como un predictor importante de consumo de alcohol lo que correlaciona con el cuadro de bajo control de impulsos que caracteriza el problema.
  • Los procrastinadores se mienten a si mismos. Un ejemplo de esto es “Creo que mañana voy a estar en mejores condiciones para hacer esto” o “yo trabajo mejor bajo presión”. Ninguna de estas dos afirmaciones es verdadera. No es verdad que mañana lo van a hacer mejor y tampoco es cierto que trabajen mejor bajo presión. Es solamente un mecanismo de huida de la sensación inmediata.
  • Los procrastinadores buscan activamente distracciones inclinándose por aquellas actividades que no conlleven mucho compromiso. Verificar el E mail es un ejemplo casi perfecto para este propósito. Una hipótesis aceptada para esta conducta es que distracción es una manera de regular el miedo a fallar.
  • El costo de la procrastinación es elevado: el deterioro de la salud, perdida de oportunidades y tiempo académico, eso sin considerar que existe una correlación entre conducta de procrastinación y descenso del sistema inmunológico; insomnio, sin mencionar el costo para el entorno que debe interactuar con los efectos del problema. La procrastinación compromete equipos de trabajo, clima laboral, amistades y relaciones de pareja.
  • La buena noticia es que el procrastinador no nace sino que se hace y puede reformular su estrategia conductual con ayuda de una muy bien estructurada estrategia cognitivo conductual.

Según Robert Leahy[4], siempre existirán muchas “excelentes razones” para dejar de hacer lo que debemos hacer: empezar una dieta, ordenar ese estante, hacer una visita al médico, escribir la tesis, Etc. Siempre podemos decir que lo haremos mas tarde, que no estamos motivados o que simplemente no lo queremos hacer ahora. Pues es hora de dejar de lado todas estas justificaciones y buscar una estrategia racional más efectiva. Un buen comienzo podría ser considerar que hacerlo después es una excusa que refuerza la posibilidad de terminar no haciéndolo nunca. Es una sensación mucho más agradable la que resulta de saber que hay una obligación menos que aquella de tener esa preocupación constantemente dentro de la cabeza. Es mucho mejor empezar con algo, aunque sea una parte pequeña de la tarea que nos toca, que quedarnos paralizados por concentrarnos en el todo de la tarea pensando que es demasiado grande. Es importante elegir aquello que es más útil a largo plazo y no aquello que satisface los impulsos inmediatos. Olvídese de la perfección, usted no la encontrará nunca y para decir la verdad usted no la necesita


[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Procrastinaci%C3%B3n

[2] http://www.psychologytoday.com/basics/procrastination

[3] Citados en ESTROFF MARANA, H., Procrastination Ten Things to Know, en Psychology Today, agosto 23, 2003

[4] Robert L. Leahy, Ph.D., autor de Anxiety Free,The Worry Cure and Beat the Blues. Profesor de Psicología Clínica en el Weill-Cornell Medical School y Director del American Institute for Cognitive Therapy.



Por que tendriamos que ver a un Psicologo?

Algunos años atrás la mayoría de la gente todavía pensaba que las personas que consultaban con un psicólogo estaban locas. Aunque los Psicól...