miércoles, 3 de noviembre de 2010

Recuerdos y Emociones


Parece el título de una canción de Roberto Carlos u otro cantor romántico pero me temo que este artículo, si bien habla de sentimientos, se trata de otra cosa.


Todos tenemos recuerdos que consideramos importantes en nuestra vida. Algunos son agradables otros ni tanto. Momentos que pasamos con nuestros familiares, en la escuela como estudiantes, en algún viaje, con alguien muy querido, Etc. Si hacemos un balance de nuestros recuerdos más importantes podemos darnos cuenta que existe un elemento común en todos ellos: la emoción. Y claro está que aquí también puede tratarse de una emoción agradable o no, pero en todos los casos, bien adherida a los recuerdos esta siempre una emoción intensa.

¿No lo cree? ¡A ver! Por que no lo intenta… Busque en su memoria un recuerdo que le resulte importante, no importa si es lejano o reciente, al hacerlo verá que sin excepción las emociones siempre están ahí. Enojo, alegría, vergüenza, tristeza, sentimientos que tiñen de un color especial los hechos más banales y de vez en cuando regresan, cada vez que uno recuerda algún momento significativo del pasado.

No se trata de una coincidencia, es justamente el contenido emocional el que determina la permanencia del recuerdo en nuestra memoria. Eso explica porqué otras situaciones, que podrían ser consideradas de igual importancia, muchas veces no quedan registradas. Les falta el componente emocional. Ya en 1977 los psicólogos Roger Brown y James Kulick mencionaban que una persona expuesta a un evento de contenido emocional experimentaba una activación de un mecanismo especial del cerebro que producía un congelamiento inmediato de las impresiones en el momento en que eran percibidas y conectadas a la emoción. Esto se ejemplifica típicamente en los eventos traumáticos.

Pero la cosa va más allá. Es importante tener en cuenta que nuestra memoria no es un registro fotográfico de los acontecimientos. En realidad la memoria es algo más parecido a un rompecabezas de muchísimas piezas o en otras palabras, una construcción que nuestro cerebro hace con un montón de elementos que le sirven de referencia. Y lo interesante es que cuando el cerebro se pone a construir los recuerdos positivos o agradables, estos son recuperados con mayor facilidad en la medida en que uno se halle en un estado de ánimo positivo o agradable; y las memorias negativas son más fácilmente recuperadas cuando uno está con el ánimo deprimido. A este fenómeno se lo llama congruencia anímica y viene siendo estudiado desde los años 70[1].

La cosa también funciona del revés: frente a cualquier situación, si se está con el ánimo triste, es más probable que uno registre aspectos tristes de lo que experimenta y estando alegre, se registran más aspectos alegres del mismo evento. En un estudio realizado por Bower, Gilligan, y Monteiro, estados de ánimo diferentes (tristeza/alegría), fueron hipnóticamente inducidos en un grupo de participantes y posteriormente se les pidió que leyeran una historia sobre dos personas que jugaban tenis. En la historia uno de los jugadores era un personaje particularmente triste mientras que el otro se caracterizaba por ser alegre. Al siguiente día les fue solicitado a los participante que narraran todos los detalles que pudieran sobre la historia que habían leído. Aquellos que la leyeron bajo tristeza inducida recordaron 80% de los hechos tristes y solamente 20% de los hechos alegres. Los que leyeron la historia con un ánimo alegre recordaron 50% de los hechos tristes y 50% de los alegres. ¿Ahora se entiende porque una misma fiesta o reunión es recordada de una manera por una persona y de forma muy diferente por otra?, Si se estaba de buen humor, probablemente la memoria registrará la experiencia en forma agradable y en nuestro archivo quedarán recuerdos placenteros, si por el contrario, el ánimo era negativo, pues bien, ya lo están entendiendo. Como los Psicólogos cognitivos suelen explicarnos, nuevamente nos damos cuenta que la cosa no tiene que ver solamente con los estímulos externos y si con la manera en que los evaluamos.

Los seres humanos no somos capaces de percibir al mundo en tiempo presente, puesto que toda y cualquier situación que evaluamos ya ha pasado, aunque haya sido hace solamente una fracción de segundos. Así siendo, la memoria constituye un instrumento fundamental para nuestra comprensión de la realidad. Y si nos ponemos a pensar que en todo momento, con cada experiencia cotidiana estamos generando recuerdos que serán usados como referencia en nuestro futuro, entonces la emoción con la que vamos a envolverlos se hace particularmente importante.

Salgamos pues a la vida hoy a generar buenos recuerdos.


[1] Teasdale and Fogarty (1979)

3 comentarios:

  1. si el individuo tiene poca memoria, tiene pocos recuerdos, entonces tiene pocas emociones??? o si tiene recuerdos desordenados, confusión mental tendría emociones desordenadas, como un ataque de risa en una circunstancia triste, o tristeza cuando todos ríen... parece obvio, pero que dice la teoría???

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  2. La cosa no es tán matemática. Como el cerebro se sirve de muchos elementos para construir la memoria, cualquier aspecto de la experiencia coopera al resultado final. Así pues, las emociones, adicionan puntos de anclaje o referencia en la recuperación de los recuerdos. Lo mismo sucede con los aromas, o sonidos.

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  3. Me parece que no se resopondio la pregunta que hizo Benito, pero la pregunta es medio confusa tambien

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